Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer, Gerardo Diego… Soria ha sido y seguirá siendo fuente de inspiración de poetas y escritores. Su paisaje, sus gentes, sus leyendas y tradiciones se han inmortalizado en incalculables obras.
Es el caso de Campos de Castilla, una gran obra de la poesía universal en la que Antonio Machado refleja su paso por Soria, ciudad en la que encontró el amor pero donde también lo perdió. Pasó cinco años de su vida en Soria, los más felices como él mismo afirmará: “Si la felicidad es algo posible y real –lo que a veces pienso- yo la identifico mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer”.
El recorrido por sus calles y rincones recuerdan los momentos más importantes de la vida del poeta. Para descubrirlos hemos elegido 8 lugares imprescindibles que debe visitar todo aquel que decida realizar la ruta machadiana por Soria.
Instituto Antonio Machado
Antonio Machado llegó a Soria en 1907 para ocupar la Cátedra de Lengua Francesa del instituto que actualmente lleva su nombre pero que por aquel entonces era el Instituto General y Técnico.
Es posible visitar el aula donde impartió sus clases. Se conserva intacta y muestra el mobiliario de la época. También se conserva toda la documentación que dejó allí como profesor.
En el exterior del edificio, en memoria del poeta, hay dos esculturas. Una cabeza de bronce sobredimensionada de Pablo Serrano (1982) y la figura de Machado sentada a tamaño real de Ricardo González Gil (2010). Esta última representa al poeta en el día de su boda y se complementa con la escultura de Leonor que hay en la Iglesia de la Mayor.
Círculo Amistad Numancia
El poeta fue socio del Círculo de la Amistad, un lugar de tertulias de la época. Solía acudir allí a tomar café y leer el periódico.
En su emblemático edificio, en la tercera planta, se encuentra la Casa de los Poetas, un museo dedicado a los tres grandes líricos que cantaron a Soria: Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer y Gerardo Diego. Versos y objetos, además de una acertada combinación de imágenes y sonido, recrean su vida y obra.
Palacio de la Audiencia
En el Palacio de la Audiencia, situado en la Plaza Mayor de la ciudad, hoy Centro Cultural, se encuentra el famoso reloj con su campana al que el poeta le dedica unos versos:
¡Soria fría! La campana
de la Audiencia da la una.
Soria, ciudad castellana
¡tan bella! bajo la luna.
Iglesia de Santa María La Mayor
Antonio Machado conoció el amor en Soria. Se enamoró de Leonor Izquierdo, sobrina de los propietarios de la segunda pensión en la que se alojó.
A su relación no le faltó polémica por la diferencia de edad entre ambos. Él era un profesor de 32 años y ella una jovencita de 14 años. Tuvieron que esperar a que ella alcanzara la edad legal para casarse.
La pareja contrajo matrimonio en la Iglesia de Santa María La Mayor el 30 de julio de 1909. Fueron muy felices hasta que la muerte les separó tres años después, cuando Leonor no pudo superar una grave enfermedad. Tres años después, el 02 de agosto de 1912, paradójicamente esta misma iglesia fue testigo de uno de los días más tristes del poeta, el funeral de su querida esposa.
En el exterior de la iglesia existe un espacio habilitado en su memoria, el rincón de Leonor, con una escultura de la musa apoyada en una silla.
Ermita del Mirón
Uno de los cerros de la ciudad que no se pueden dejar de visitar si se quiere recorrer los pasos del poeta en Soria. Machado alquiló una casita por esa zona para que Leonor, ya enferma de tuberculosis, pudiera respirar un aire más puro. Por el paseo hasta la ermita caminaban ambos cada día. Al final del mismo, en la placita de Los Cuatro Vientos desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad, hay una escultura con las siluetas de Antonio y Leonor recortadas. Según algunos expertos, el olmo seco al que canta el poeta podría estar en este lugar.
Allá, en las tierras altas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños.
¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame
tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos
voy caminando solo
triste, cansado, pensativo y viejo.
Iglesia del Espino el Olmo Seco
Junto al jardín de esta iglesia se encuentra el olmo seco al que Machado cantó en su poema. Dedicado a su joven esposa Leonor, es un verdadero canto a la esperanza y a la vida.
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
Al lado se encuentra el cementerio municipal donde descansan los restos de Leonor. Su tumba es, sin duda, uno de los lugares más visitados de la ruta machadiana.
Parque El Castillo
Este parque conserva restos de los que fue un imponente castillo que defendió los intramuros de la ciudad. Dando un paseo por sus alrededores se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad y del río Duero. Por su encanto, este lugar también es nombrado por el poeta en sus versos:
Soria fría, Soria pura
cabeza de Extremadura,
con su castillo guerrero
arruinado, sobre el Duero;
con sus murallas roídas
y sus casas ennegrecidas.
Paseo por la Ribera del Duero. San Polo y San Saturio.
Las márgenes del Duero fueron, sin duda, una de las mayores fuentes de inspiración del poeta. Aún hoy se pueden ver inscripciones de amor en los troncos de los árboles que acompañan al río Duero.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
Después de la muerte de Leonor, Antonio Machado sólo volvió a Soria en una ocasión. Fue el 5 de octubre de 1932, fecha en la que el Ayuntamiento de Soria le rindió un homenaje al poeta nombrándole hijo adoptivo de la ciudad. Desde entonces, en la plazoleta situada a los pies de la ermita de San Saturio, se sitúa el Rincón del Poeta. Fue la primera y última vez que Antonio Machado volvió a Soria después de la muerte de Leonor.